Flexibilidad

Los primeros indicios de la primavera ya están aquí. Las flores poco a poco van abriéndose paso y los árboles brillan con sus tonalidades de verde bajo la cálida luz del sol.

Las ramas nuevas son suaves y flexibles, características que se pierden lentamente con el paso del tiempo, a medida que se vuelven más fuertes y firmes.

Parece que la mayoría de las cosas y que nosotros mismos perdemos también parte de nuestra flexibilidad con cada año que cumplimos. Al igual que para la rama de un árbol joven, es importante para nosotros también crecer en fuerza y ver algo limitada nuestra flexibilidad. Esto nos permite afirmar la cabeza, fortalecer nuestras piernas y encontrar el equilibrio en el suelo para dar nuestros primeros pasos.

Con cada paso que damos nuestro cuerpo se vuelve más fuerte y más firme. Al mismo tiempo, nuestro mundo crece.

Nos enfrentamos a más y más información y necesitamos encontrar una forma de limitala. Con el tiempo, aprendemos más dónde nos sentimos más cómodos, acerca de las personas que nos gusta tener cerca, los alimentos que disfrutamos, los colores que nos inspiran, a dónde nos gusta viajar, la música que nos mueve, etc. Con esta selección, este enfoque más específico de lo que nos rodea, nuestra realidad se vuelve manejable y algo controlable, nos permite concentrarnos y dedicarnos.

En esta vida se crea cierta rigidez: por nuestras experiencias, nuestro conocimiento y nuestras creencias. Estos factores nos dan una estructura en la que vivimos y nos movemos y una flexibilidad limitada, por lo que creemos que es posible, ético, justo, verdadero, etc.

Nos aferramos a lo que sabemos, intentamos comprender lo que podemos hacer y de alguna manera fijarlo para crear algo estable en este mundo en constante cambio que nos rodea.

Solo cuando esta sensación de seguridad se ve desafiada de alguna manera o cuando deseamos hacer un cambio, nos damos cuenta de cuán rígidos podemos haber llegado a ser.

Para vivir una nueva experiencia, nuestra mente debe permitir la entrada a una nueva idea y debe darse el espacio a abandonar las convicciones. De esta manera, debemos entender que las oportunidades no son una amenaza, sino una posibilidad, algo por lo que sentir curiosidad y entusiasmo.

Arte, teatro, actuaciones, diseño… todo lo creativo aparece como una oferta interminable de nuevas ideas, nuevos conceptos, flexibilidad de nuestra mente, opciones y pensamientos.

Con el tiempo y la edad nuestro cuerpo también parece volverse más rígido e incluso llegamos a tener una sensación de falta general de movilidad.

Si elegimos mantenernos flexibles a pesar del crecimiento y endurecimiento del cuerpo y las limitaciones de la mente, debemos ejercitarnos y entrenar. Nuestro cuerpo y nuestras creencias e ideas necesitan ser elásticas, abiertas al movimiento y adaptables para ajustarse a lo que se nos presenta o simplemente a lo que deseamos experimentar.

Nosotros, como humanos, somos flexibles, incluso mucho más de lo que podemos imaginar. Somos seres altamente adaptables, capaces de vivir casi en cualquier parte del planeta, en las condiciones más extremas. Nuestros cuerpos pueden llevarnos a las montañas más altas y sumergirse en las profundidades del mar.

Podemos sorprendernos al ganar flexibilidad en una clase de yoga o al escuchar nuestra propia voz cuando nos reunimos para cantar. Una buena conversación puede hacernos cambiar de opinión cuando estábamos seguros de que nunca podríamos, una obra de arte puede regalarnos una percepción completamente nueva.

Hay tanto por descubrir y experimentar, nuestras posibilidades son infinitas. Para permanecer flexibles, es posible que tengamos que abandonar una creencia, una idea, una aversión o incluso superar el miedo, pero una vez que lo hacemos, todo es aprendizaje.

Con esta primavera, permitámonos dejarnos llevar, inspirar, estirar el cuerpo, desafiar nuestras creencias y probar algo nuevo.

Te deseamos un precioso comienzo de esta nueva estación, que todo fluya y florezca.