Potencial

Hay algo en el inicio de un nuevo año que nos conduce a detectar y reconocer el potencial.

Un sentimiento parecido al que nace cuando te dan una segunda oportunidad, un borrón y cuenta nueva, una página en blanco. Y este lienzo en blanco siempre viene de la mano de posibilidades prometedoras e infinitas.

Nos encanta esta época del año, en la que el contraste entre la naturaleza fría y el florecimiento que está por llegar, habla de posibilidades y de potencial.

Hace solo dos meses estábamos reflexionando acerca de otro año que acababa, estábamos adentrándonos en nosotros mismos para digerir, integrar y reducir velocidad. Nos centrábamos en dar sentido a lo que había pasado y a renovar energías durante el descanso invernal.

Ahora, tan solo dos meses más tarde, comienza un nuevo ciclo, un ciclo para mirar hacia fuera otra vez, reorientarnos, soñar con el futuro, establecer nuevos objetivos y observar los primeros signos de la primavera para comenzar a ponernos en movimiento.

Una pequeña y bonita muestra de esta reactivación son los almendros en flor, cuyas flores  adornan estos días nuestros campos. Esta aparición de delicados pétalos es la representación perfecta de cómo la naturaleza alcanza su propio potencial, saliendo tímidamente de debajo de una capa dura y protectora, como lo es el invierno.  Primero frágil y luego exuberante.

Cada año nos maravillamos con cómo la naturaleza nos guía a través de las estaciones, marcando el tono de sus colores y temperaturas, su expansión y contracción en un equilibrio permanente. Si pudiéramos confiar un poco más en su ritmo, aprender de él y rendirnos ante su sabiduría, todo sería más fácil. Podríamos simplemente relajarnos y disfrutar del viaje. Creeríamos en nuestro potencial intrínseco y lo llevaríamos a término sin inmutarnos, ya que muchas de nuestras capacidades las tenemos dentro de nosotros.

Al igual que las flores de almendro, la hortensia, la orquídea o la rosa, esperaríamos pacientemente a que floreciera nuestro momento, sin cuestionar el cuando, ni el cómo, sino abrazándolos: sin dudas, con un poco de paciencia, perseverancia, conocimiento y fe en el poder y el valor de nuestra esencia.

Espero que todos hayáis tenido un hermoso febrero y os estéis preparando para florecer y brillar cuando llegue vuestro momento.